Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un tapiz https://aprilwcdn406229.activablog.com/37647326/la-polémica-del-cabezazo-de-zidane-explicada